Las Curvas Pasaron de Moda (Part Deux)

1/29/2015 12:13:00 p. m.

El tiempo se acababa, faltaban solamente quince minutos para que Envidia cerrara y Charlie todavía no encontraba con quien ir a casa así que se acercó a saludar al chico que estaba a fuera del baño. “Hombres más feos que él me han rechazado”, pensaba, “no creo que tenga oportunidad”.

Sorpresivamente, él se portó muy amable, “¿te gustaría ir a algún lugar más tranquilo?”, preguntó, “si no salimos de aquí ahorita, nos van a sacar a patadas”.

“Claro, me encantaría”.

Aunque Charlie esperaba que fueran a su casa o –en el peor de los casos- a un motel, terminaron visitando un pequeño parque que se encontraba al frente del bar. “Este no es un buen lugar para perder mi virginidad”, pensaba, “además, podríamos terminar en la cárcel”.

“¿Sabías que este árbol tiene casi 100 años?”.

“No, la verdad no tenía idea”, respondió Charlie, “casi no vengo a la ciudad”.

“Es muy bonita, ¿no?”.

“Me encanta, cuando sea grande voy a vivir aquí”.

“¿Cuándo seas grande? Eres mayor de edad, ¿verdad?”, él empezó a reír.

“Si, claro. Yo me refería a… cuando sea más grande”.

“Ven, acompáñame. Tengo que enseñarte algo”.

Él extendió su mano y Charlie la tomó, nunca había agarrado la mano de un chico en público y –por primera vez en mucho- se sintió seguro, confiado, tranquilo y emocionado también, todo al mismo tiempo. Como si nada pudiera salir mal entre ellos.

Debajo de las Estrellas (The Interlude)

Los dos llegaron al estacionamiento, Charlie seguía pensando que iban a tener relaciones, “bueno, tal vez lo vamos a hacer en su coche”, pero no lo hicieron. En su lugar, se sentaron en el cofre del auto para ver las estrellas. ¿Se podría ser más romántico? No lo creo. Suena como la cita perfecta.

A pesar de que habían estado platicando casi toda la noche, Charlie todavía no sabía su nombre.

“Claro, cómo pude olvidarlo. Me llamo Ethan”.

“Siempre me ha gustado ese nombre”.

“¿De verdad?”, preguntó, “pues a mí me gustas tú”.

Charlie no podía dejar de sonreír, fue a Envidia buscando tener sexo casual y terminó encontrando a un hombre muy diferente a todos los que ha conocido.

“Creo que es momento de llevarte a tu casa”, dijo Ethan.

“Pero vivo a treinta minutos de aquí, y vine con una amiga, creo que tendría que regresar con ella”.

“Bueno, pues tu amiga no está por aquí. Y no tengo ningún problema con pasar otros treinta minutos contigo. Quiero que estemos juntos”.

Una vez en su casa, Charlie lo invitó a pasar, “mis papás no están y llegan hasta el lunes”.

“Me encantaría”, dijo Ethan, “pero quiero que tu primera vez sea con alguien especial”.

“Pero tú eres especial”.

“Todavía no lo soy, pero espero un día serlo”, le dio un beso en la frente y se fue, no sin antes asegurarse de que Charlie entrara sano y salvo a su casa.

“Yo pensé que él ya no le iba a volver a llamar”, me dijo Érica mientras íbamos de camino a la universidad, “pero ya llevan saliendo casi 2 meses”.

“¿Estás segura de que no me acabas de contar una de esas películas románticas que tanto te gustan?”, pregunté.

“No, es cien por ciento cierto”.

“Pues parece un sueño para mí. Nadie tiene tanta suerte en el amor. Además, ¿quién dice todo eso?”.

“¿De qué hablas?”.

“De cuando le dijo que espera ser especial algún día y todo eso, suena tan falso. No les doy mucho tiempo”.

Siempre que escucho este tipo de historias no puedo evitar preguntarme, ¿acaso son reales? ¿O sólo son historias que nos contamos para no perder la fe en el amor? Y si es así, ¿por qué seguir contándolas? ¿Por qué no afrontar la triste realidad de que -tal vez- el romance ha muerto? A mi parecer, Ethan suena como si hubiera salido de una película de Disney o de la imaginación de E.L James, ¿cuántas son las probabilidades de encontrar a un hombre así?

¡Te equivocas, Meghan Trainor! (The Reprise)

Mientras una persona vivía en carne y hueso su cuento de hadas, otra se enfrentaba a su peor pesadilla, la báscula. Katie se había matado toda la semana haciendo ejercicio y comiendo raciones muy pequeñas de frutas y verduras. “Estoy en una dieta donde no voy a comer grasas ni carbohidratos”, decía. Pero cuando por fin había llegado el momento de pesarse, no había bajado ni un solo gramo.

“Tal vez necesitó pastillas para bajar de peso”, pensaba, así que fue a la farmacia más cercana.

“Afortunadamente”, puedes comprar este tipo de pastillas en cualquier lugar sin necesidad de conseguir una receta médica, y hay una gran variedad de ellas, las que te ayudan a mantener tu peso, las que te ayudan a bajar, las que te sirven como laxante, las que te quitan el hambre, en fin, Katie no tenía idea de cuales tenía que comprar.

“Disculpa, ¿sabes cuáles son las mejores para bajar de peso?”, preguntó al chico del mostrador que estaba de espaldas.

Cuando volteó para responder, Katie se dio cuenta de que era muy guapo, demasiado guapo para trabajar en una farmacia. “¿Estás segura que quieres bajar de peso?”, preguntó.

“Ah… yo no, digo, si, si quiero bajar de peso”.

“Bueno, si me preguntas a mí, yo creo que te ves muy bien”.

“¿En serio?”.

“¡Si, en serio! Vamos a hacer algo, ¿qué te parece si en lugar de comprar esas horribles pastillas, aceptas salir a cenar conmigo?”.

“Claro, es una cita”, dijo Katie emocionada.

Al parecer Meghan Trainor no está tan equivocada, todavía hay hombres a los que les gusta tener de dónde agarrar (si saben a lo que me refiero) en lugar de salir con una modelo de VS. Pero la verdad es que no tiene nada de malo tener más curvas que los demás o ser delgado, tenemos que dejar de juzgar a la gente por su físico. Y también tenemos que dejar de imponer todos esos estereotipos de belleza que son prácticamente imposibles de alcanzar.

(¡Hola! ¿Cómo estás? Quería aprovechar este espacio para agradecerte por todos tus comentarios tan positivos, me da mucha ilusión leerlos y también me ponen muy feliz. Saber que te gusta lo que escribo es lo que me impulsa a seguir haciéndolo, muchísimas gracias. También te quería contar que siento que esta entrada es un poco distinta a las demás y un poco más personal. Además estoy tratando de terminar algunas historias que empezaron en mis entradas anteriores y quedaron algo inconclusas. Ah y casi olvidaba agradecerte por suscribirte, ya somos casi 50 (Yay) y eso que todavía no tengo ni un mes con el blog. Pero bueno, eso es todo porque si no voy a seguir escribiendo y no va a haber nada en el mundo que me detenga. Me encantaría que me dijeras en los comentarios qué te parece el blog, qué te pareció la entrada, qué cosas te gustaría ver y todo eso. Ahora sí, eso fue todo jaja Una vez más gracias y recuerda que todos los martes y jueves estoy publicando por aquí. Te mando un abrazo muy grande J)